La historia de los virus
Los virus, más pequeños que las bacterias, no fueron detectados hasta finales del Siglo XIX. Casi un siglo
antes, en 1796 un médico británico inventó la primera vacuna que atacaba a un virus, en este caso a la
viruela. Sin embargo, apenas se sabía qué era un virus. Ilustres inmunólogos como Edward Jenner o Louis
Pasteur desconocían a qué tipo de patógenos atacaban sus invenciones. Pasteur, al crear su vacuna
contra la rabia, afirmó que el causante de la enfermedad sería un patógeno más pequeño que una bacteria.
No obstante, era imposible ver al patógeno dadas las limitaciones en la microscopía de la época.
Charles Chaberland, asistente de Pasteur, arrojó luz sobre la existencia de los virus. Inventó un filtro de
porcelana cuya función era la de separar las bacterias entre sí. La función inicial de este invento era la de
obtener agua sin bacterias, aunque Dmitri Ivanovsky, un botánico y microbiólogo ruso, le dio otro uso que
marcaría un antes y un después en la virología. En concreto, Ivanovsky aisló el patógeno causante de una
enfermedad que afectaba a las plantas del tabaco con rapidez. En el año 1892, utilizó el filtro de
Chamberland al que agregó hojas con la enfermedad del tabaco. Estas hojas, pese a haber sido
machacadas y molidas, seguían teniendo presente al patógeno. De esta manera, Ivanovsky demostró que
el patógeno era más pequeño que una bacteria.
Los avances de Ivanovsky no le permitieron identificar concretamente a la partícula que producía esta
enfermedad, aunque precisó sus características. El padre de la palabra "virus" es el científico neerlandés
Martinus Willem Beijerinck, que viene de un término en latín traducible por "líquido viscoso" o "veneno".
Beijerinck replicó el experimento de Ivanovsky, ratificando sus resultados y descubriendo que el virus se
autorreplicaba y se podía difundir a través de milímetros de gel. Concluyó, por lo tanto, que el virus era un
ente vivo y líquido con una entidad disuelta. Ambas investigaciones ofrecen resultados más tarde
demostrados erróneos, aunque sentaron las bases de lo que más tarde se conocería como virología.
Tras el virus del tabaco, se fueron descubriendo distintos virus con el método de Chamberland y más tarde
con nuevos métodos como el microscopio electrónico. Por ejemplo, el primer virus descubierto que afecta
a humanos fue el de la fiebre amarilla, en el año 1901 en Cuba. En el año 1931, y gracias a los avances en la
microscopía, las personas pudieron ver por primera vez los virus, facilitando así la comprensión de su
morfología y funcionamiento. Cuatro años más tarde, el virólogo Wendell Meredith Stanley consiguió
cristalizar virus, demostrar que no son partículas líquidas sino sólidas, y afirmar que su composición era
primordialmente proteica. Durante los años 50, se descubrió que los virus también estaban compuestos
de ácidos nucleicos, tanto ARN como ADN, y cuya función es la de contener la información que se hereda.
Durante los últimos 120 años se han descubierto más de 200 virus, de los cuáles tan sólo un pequeño
puñado son dañinos para el ser humano. Además, ciertos virus resultan beneficiosos o incluso
indispensables para algunas especies. Sin embargo, muchos de ellos son dañinos, como el Coronavirus
que se ha llevado por delante la vida de más de dos millones de personas.
Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-55597065
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