La ciencia del drift


Una de los mayores atractivos de cualquier competencia  es ver como los neumáticos de los autos son desgastados y quemados con violencia y aspavientos. Tanto es así que al oír la palabra Drift se nos ilumina el rostro y despiertan las ansias de ver un buen espectáculo.

Pero el Drift es más que caucho quemado y derrapes controlados, es FÍSICA. Tan importante es esto que quienes lo practican deben saber o intuir los fenómenos involucrados, centro de gravedad o masas, efecto péndulo y roce.
En los albores de esta disciplina, allá en el Japón de mediados de los 70´s, Keiichi Tsuchiya popularizó lo que era una forma tradicional de bajar las empinadas laderas de montañas y cerros, que consistía en poder tomar las cerradas curvas sin salirse del camino, pero sobre todo sin bajar la velocidad. Keiichi se encargó de hacer que fuera conocido en todo el mundo, y, seguramente, si no lo sabía terminó aprendiendo de estos fenómenos.

En la gráfica vemos como existe un pequeño cruce entre estas dos fuerzas, y ese equilibrio es el que se debe lograr para que el neumático esté entre dos aguas, el girar sin producir avance y el girar avanzando .


Esto lo podemos conseguir de varias formas, dependiendo, entre otros factores, de qué tipo de tracción tenga el automóvil. Ahí entramos en una buena discusión, con qué tracción se logra un mejor drift. Teniendo en cuenta que debe generarse una tracción «estático-dinámica» la mejor forma de lograr esto es a través de una tracción trasera, la cual puede lograr de mejor manera un desplazamiento lateral de masas inerciales controlado, que también podemos llamar efecto péndulo, el movimiento circular que se produce en un derrape.


Los vehículos con tracción trasera y motor delantero tienen su centro de masas ubicado más cercano hacia el frente, esto sumado a que el vehículo es propulsado y no tirado, genera la tendencia al sobrevirado o viraje muy cerrado. Para una conducción normal esto es un peligro latente, y se subsana con el conocido diferencial; este permite el giro diferenciado de las ruedas en una curva, haciendo que la interna gire más lento que la externa.
Ahora solo debe evitarse el hacer un trompo; para esto se debe jugar con las aceleraciones, tracción y masas libres. Previo a entrar a la curva gira con fuerza hacia el interior y suelta el acelerador, al quedar la masa libre esta tenderá rápidamente al subviraje, se realiza entonces una brusca aceleración con contra volanteo, de esta manera se anula el efecto péndulo y se recobra el control del vehículo. Esta forma de hacer drift es una de las más populares y se denomina Kaisen Drift.

El último concepto asociado es el centro de gravedad.
Al realizar drift estamos jugando entre líneas con las fuerzas de roce, es decir estamos entre la rueda girando en «banda» y la rueda avanzando, esto al existir desplazamiento lateral puede hacer que la rueda se acuñe perpendicularmente al sentido de giro, siendo inminente un volcamiento de campana. Ahí está la importancia del centro de gravedad; entre más bajo sea este, el centro de balanceo también lo será

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