Superrayos, 1.000 veces más brillantes que los normales
En 1977, se creyó detectar una extraña clase de rayos 100 veces más intensos que los normales; pero al no quedar clara la cuestión se comenzó una larga discusión científica sobre la existencia de los llamados "superrayos" ("superbolts" en inglés), cuestionando si eran reales o solo eran rayos normales que vistos desde un ángulo diferente eran más brillantes.
Nuevos estudios demuestran la existencia de estos extraños rayos y, que en adición, pueden ser más potentes de lo pensado: hasta 1.000 veces más brillantes que los normales. Los investigadores publicaron los resultados en la revista Journal of Geophysical Research: Atmospheres.
Encontraron que este tipo de rayos suelen producirse en regiones con fuertes tormentas eléctricas, intensificándose en zonas oceánicas y que su formación no es igual a la de los rayos típicos.
Estos "superrayos" son capaces de producir 100 gigavatios de energía, incluso más, siendo la potencia suficiente como para suministrar a 32 millones de hogares estadounidenses. Turman (investigador del Centro de Aplicaciones Técnicas de la Fuerza Aérea y quien acuñó el término "superbolts") fue capaz de advertir de la existencia de estos rayos gracias a observaciones en los satélites Vela, lanzados en 1969. Se sabe que cerca de la costa de Sudáfrica, en 1979, cayó un rayo tan fuerte que al principio se pensó que el ruido producido podía haber sido causado por una bomba atómica; también que en 1978, otro rayo semejante, cayó en Terranova, afectando y dejando dañado un espacio de más de kilómetro y medio de longitud, destrozando transformadores y postes de líneas eléctricas. Antes de los años 70, el instrumental de satélite Vela ya había captado cientos de "superrayos" caídos por todo el mundo, siendo la zona más frecuente el Océano Pacífico norte, y pudiendo concretar que ocurrían aproximadamente cinco veces de cada 10 millones de destellos; pero a pesar de estos datos la discusión continuó, sin poder aceptar del todo su existencia.
En la actualidad, los nuevos estudios han vuelto ha aprovechar estos satélites para captar "superrayos". Uno de los estudios, describe a los relámpagos más brillantes ocurridos en el continente americano y, centrándose solo en los más brillantes (mínimo 100 veces más energéticos que los habituales) llegaron a encontrar algunos hasta 1.000 veces más brillantes que los normales; de los 600 millones de rayos captados, solo 2 millones fueron catalogados como "superrayos" (un 0,32%). Cabe mencionar que, debido a la complicación de medir la potencia de un rayo en base a su luminosidad, los investigadores se centraron más en el brillo de los rayos que en su potencia.
En otro de los estudios, se examinaron datos recopilados entre 1997 y 2010 y hallaron que algunos condiciones visuales podían alterar el brillo del rayo (como ejemplo, sin nubes en la vista del satélite, los rayos eran más brillante), llegando a la conclusión que tal vez cientos de rayos no fueron catalogados como "superrayos" cuando realmente sí que lo fueron. Además, descubrieron que estos rayos podían crearse mediante el pulso eléctrico entre nubes, formándose a lo largo de las escasas interacciones de nubes con carga positiva, ya que generalmente están cargadas negativamente, e intensificándose en el océano, tal vez alimentados por las acumulaciones de cargas eléctricas en las nubes. También observaron que los rayos producidos en las zonas donde las tormentas eléctricas eran más comunes (norte de Argentina, sudeste de Brasil, llanuras centrales de EEUU, etc.) eran los "superrayos" más brillantes.
Otros investigadores han indicado que estos fenómenos pueden suceder en otros lugares del mundo como en la península de Corea y en Japón, aunque no son captados porque estas zonas son menos supervisadas por los satélites. Y en 2019, un estudio distinto, demostró que la mayor parte de los "superrayos" suceden en el Atlántico norte y en el oeste de Europa entre noviembre y febrero.
Aun con todos los datos y las investigaciones, la discusión que los qué es y no es un "superrayo" continúa, siendo lo único claro que estos rayos son extraordinarios, no solo en su tamaño, sino en todas sus características.
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