ADN Y PRUEBAS DE PATERNIDAD
Todos alguna vez hemos visto películas en las
que hay disputas familiares debido a que no se sabe, por ejemplo, si un niño es
realmente hijo biológico o no de un padre. Al final siempre presentan un
documento que acredita que dicho padre es finalmente el biológico, pero ¿alguna
vez te has preguntado cómo se realizan estas pruebas?
Para poder comprender cómo se realizan estas pruebas, primero debemos tener en cuenta dos conceptos que son claves.
El primero de ellos se trata del ADN o ácido desoxirribonucleico, que es un marcador genético que contiene las instrucciones genéticas
usadas en el desarrollo y funcionamiento de todos los organismos vivos y algunos virus. También es
responsable de la transmisión hereditaria. Almacena información para construir otros componentes de las
células. Como proteínas y otras moléculas.
Por otro lado, es importante saber qué es una prueba de paternidad en sí, y es un estudio de identificación genética entre dos personas para
establecer la relación de parentesco entre ellas. El objetivo es identificar marcadores genéticos únicos y
establecer una probabilidad estadística de paternidad o filiación positiva. Cuando los participantes no
comparten marcadores genéticos se puede descartar la paternidad.
Prueba privada, personal o confidencial
Se hará cuando así lo quiera el solicitante y no se podrá utilizar en un procedimiento legal. En este tipo de
pruebas ni siquiera es necesario que en el informe consten los nombres de las personas que han sido
analizadas.
Prueba legal, para uso judicial u otros
Se realiza cuando el solicitante necesita que se acredite de forma completa que personas han sido sometidas al
análisis, y poder así aportar el informe en un procedimiento legal (generalmente judicial). Para ello es
imprescindible garantizar la cadena de custodia desde la toma de las muestras hasta la emisión del informe
por el laboratorio.
Ahora que conocemos de manera general el concepto de prueba de paternidad y qué tipos hay, pasemos a ver qué tipo de muestras se analizan y que proceso se lleva a cabo para ello.
Habitualmente las muestras a analizar se obtienen directamente de la saliva de las personas a analizar,
mediante un frotis bucal realizado con bastoncillos de algodón que se introduce en la boca y frotas por el
interior de la mejilla.
En menos medida se recogen muestras como uñas, pelo, colillas y cepillos de dientes, huesos y dientes y
tejidos biológicos.
Procedimiento
Es importante utilizar guantes limpios a la hora de recogerlos para evitar contaminaciones y permitir que se
pueda extraer el ADN correcto del objeto a analizar. También sería altamente recomendable el uso de
mascarilla y evitar que el objeto entre en contacto con nuestra ropa u otra superficie que pudiera contaminar la
muestra, dificultando la obtención del ADN en el mismo.
Una vez recogida la muestra, se deberá aislar y proteger lo antes posible, introduciéndola en una bolsa o
contenedor limpio y desechable (de un solo uso para evitar que pudiera haber restos que contaminen la
muestra).
Por norma general, no hará falta conservar la muestra a ninguna temperatura una vez tomada. Lo que sí será
aconsejable es enviar lo antes posible al laboratorio el objeto o sustancia a analizar, para minimizar el riesgo
de contaminaciones.
Las pruebas de paternidad realizadas con ADN son muy precisas, y su fiabilidad es muy alta. Se puede llegar
a determinar la relación de paternidad con porcentajes mayores del 99.999%. Este porcentaje aumentará en
función de dos factores, el número de marcadores de ADN que se analicen y de la frecuencia que sus valores
presenten en el conjunto de la población.
Bien, pero ¿ cómo obtienen el resultado de las pruebas?
El ADN contiene la información codificada por cuatro moléculas A,G,C , T cada padre aporta la mitad del
material genético. Las pruebas paternidad mediante ADN consisten en el análisis de secuencias altamente
variables de ese genoma en las que los individuos de una población pueden tener formas diferentes a las que
se denominan alelos.
En concreto las secuencias o marcadores que utilizaremos para realizar una prueba de paternidad mediante
ADN tienen como particularidad el tener repeticiones cortas en tandem denominadas STRs (short tandem
repeats) o microsatélites. En el genoma de cualquier persona hay miles de STRs que pueden ser utilizados
como marcadores moleculares. Los STRs se componen de secuencias cortas repetidas, por ejemplo AATT,
formando alelos que se nombran por el número de veces que se encuentre la secuencia repetida: así por
ejemplo, el alelo 8 tendrá ocho veces esta secuencia (AATTAATTAATTAATTAATTAATTAATTAATT).
Esta prueba analiza ADN del hijo y del supuesto padre para discernir si existe una relación genética entre
ellos. Se estudian 16 marcadores genéticos, ubicados en 13 distintos cromosomas, para obtener el genotipo de
cada persona, posteriormente se comparan los genotipos del hijo(a) y del supuesto padre. Todos tenemos en
nuestro ADN dos copias de cada marcador genético, una la heredamos del padre y otra de la madre, al realizar
la comparación del ADN del hijo(a) con el del supuesto padre, estos tienen que compartir al menos una de las
copias de todos y cada uno de los 15 marcadores genéticos para considerar que entran relacionados
filialmente.
Ahora que sabemos cómo funcionan las pruebas de paternidad quizá haya curiosidad por saber cuándo aparecieron. Lo cierto es que en 1985 Alec Jeffreys utilizó, por primera vez, el ADN para la identificación humana, para lo que utilizó un
patrón de bandas, similar a los códigos de barras, y que denominó huella digital del ADN (DNA
fingerprinting). Hoy en día a esa prueba se la conoce como perfil de ADN, huella genética o prueba de ADN.
Este perfil es, en la práctica, único e irrepetible, si no incluimos a los gemelos monocigotos; lo que en la
práctica nos permite diferenciar una persona de otra y establecer sus relaciones biológicas de parentesco.
Por último, las aplicaciones de las pruebas de ADN son muy diversas, pero destacan dos: las pruebas de paternidad que
resuelven conflictos de filiación, y las pruebas forenses, utilizadas en la resolución de casos criminales para
establecer la relación de un sospechoso con las evidencias biológicas obtenidas en la escena de un crimen,
para incriminarle o, en su caso, exonerarle.
En conclusión, si alguna vez te ves envuelto en una situación de duda sobre tu relación biológica con algún otro sujeto, la mejor opción a la que puedes recurrir es a las pruebas de paternidad que siempre serán las más fiables.
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