Investigadores españoles descubren cómo diagnosticar una miocarditis con una gota de sangre

Dolor torácico, fatiga, sensación de desmayo... los síntomas de la miocarditis -un trastorno que se produce por la inflamación del músculo cardíaco- se parecen tanto a los de un infarto que a menudo se confunden. Hasta ahora, la única manera de confirmar la enfermedad era a través de pruebas invasivas -como una biopsia del miocardio, que por sus riesgos suele reservarse para los casos más graves- o mediante una resonancia magnética, una herramienta no siempre disponible. Científicos del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovaculares han conseguido identificar un biomarcador en sangre que es específico de la miocarditis y, por tanto, permite detectar la enfermedad y distinguirla de otros trastornos como el infarto. De hecho, además de la identificación del biomarcador, el equipo también ha demostrado la contribución de este tipo de células T en el desencadenamiento de la patología.



El biomarcador es muy específico. Los investigadores han comprobado que sólo está presente en los casos en los que existe una miocarditis, sea cual sea el origen de esta. «Las miocarditis pueden estar causadas por virus, bacterias, trastornos autoinmunes o fármacos como algunos inmunoterápicos», explica Martín. Pero en todos los casos, el trastorno desencadena la síntesis de este biomarcador, que puede detectarse en sangre.

Además de las distintas causas que pueden provocar una miocarditis, los investigadores también analizaron el caso de pacientes con otras patologías que pueden confundirse con el trastorno, como los infartos, la angina inestable, el espasmo coronario, etc. En esos casos, el biomarcador no aparecía en las muestras. Mientras continúan la investigación para convertir el biomarcador en un test de diagnóstico, los científicos han iniciado otras líneas de análisis complementarias, como el potencial de la herramienta, patentada por el CNIC, para predecir el riesgo de desarrollar el trastorno o su utilidad para evaluar el pronóstico. Para Albert Ariza, presidente de la Asociación de Cardiopatía Isquémica y Cuidados Agudos Cardiovasculares de la Sociedad Española de Cardiología , que no ha participado en la investigación, sin duda «poder contar con un biomarcador para el diagnóstico de la miocarditis rellenaría una laguna importante de conocimiento» y facilitaría la detección de la enfermedad , que puede confundirse fácilmente con otros trastornos, como el infarto. En el caso de que los vasos no estén obstruidos, continúa el especialista, ya se piensa en otros trastornos, como la miocarditis, cuyo abordaje se basa en el uso de antiinflamatorios.

Un porcentaje considerable de casos que parecen un infarto son, en realidad, miocarditis, subraya Ariza, por lo que contar con una herramienta de diagnóstico rápida y sencilla «tendría una aplicabilidad clara». La miocarditis ha cobrado protagonismo en los últimos meses debido a su asociación con la Covid. En la mayoría de los casos, las miocarditis se resuelven sin problemas, aunque en algunos casos pueden ser graves o dejar problemas crónicos en el corazón.

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